El fotoperiodismo da la oportunidad de ser testigo de todo tipo de acontecimientos, en los que pasar desapercibido se antoja imprescindible para lograr instantes relajados, «apareciendo» sólo para los posados «espontáneos». Por el contrario, en las entrevistas es necesario estar bien presente y conseguir esa fugaz confianza con el entrevistado, para volver a obtener el mencionado instante relajado. Los trabajos que he realizado para El Economista, tanto en 2019 como en el presente año 2020, previo a la declaración de estado de alarma por coronavirus, me han regalado grandes momentos. Nos vemos.